de la realidad, experiencia que es también nuestra única posibilidad de libertad”.9 Lo anterior no significa que el ser humano ha perdido importancia en la posmodernidad. Por el contrario, los criterios de evaluación hoy son altamente subjetivos, individualistas y hasta existenciales. Sin embargo, el optimismo y la confianza casi ciega en el potencial humano y en el progreso integral de la humanidad prácticamente ha desaparecido. El ser humano ya no es el centro, como en el humanismo moderno. De
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